Últimas anécdotas recibidas
Santi, 8 años - Genialidades
Ingenioso medio de transporte para peques
Parece que yo de pequeño tenía unas ideas de lo más geniales. Mi abuela no dejaba de contarme esta que hice estando con ella.
Nos había dejado mi madre en casa de mi abuela, pero se había olvidado traer el carrito de mi hermano pequeño que empezaba a andar, pero todavía le costaba y retrasaba un montón. Mi abuela quería sacarnos y de paso comprar en el mercado, pero ¡teníamos un problema con el pequeñazo!
Parece que yo no tenía mucha paciencia y en un momento que mi abuela no sé donde estaba, vi el carro de la compra y se me encendió una luz. Mi abuela no sabe cómo me lo hice, pero en cuanto volvió vio que el pequeñazo estaba dentro del carro y listo para salir a la calle sin retrasarnos.
¡No me digáis que no fue una idea genial!
Iratxe, 2 años - Sin Tapujos
Reacción de una niña ante un señor con joroba
Esto sucedió cuando era yo pequeña y a mí me lo ha contado mi padre.
Subimos los dos en un ascensor al que también subió el bedel del edificio, que era un señor con cierta joroba. Cuando se cerraron las puertas miré a mi padre y le dije: -Papá, papá, así.
Me miró y resulta que estaba yo con la cabeza encogida y los hombros levantados hasta las orejas. Vaya, tal que imitando al pobre señor bedel, que evidentemente lo escuchó y lo vio igual que mi padre.
Miquel, 14 años - Trastadas
Un delantero inesperado
Soy un asíduo visitador de vuestra web, y hoy que hay fútbol he recordado una anécdota que me ocurrió cuando era adolescente -de ello hace 52 años-.
Estaba de espectador, apoyado en uno de los palos de la portería del equipo rival, en un encuentro de tercera regional entre el equipo de mi pueblo y el pueblo vecino. En un disparo a puerta la pelota salía fuera y yo instintivamente puse el pié y la pelota entró en la portería. El árbitro no lo vio y dio gol.
¡Tuve que escapar por piernas porque querían lincharme!
Iván, 6 años - Divina Inocencia
Mágica solución a la crisis
Un día de estas vacaciones de Navidad estaba yo revisando facturas y pasándolas canutas para cuadrar los números por culpa de la dichosa crisis, ya que soy autónomo y últimamente no tengo ni para llegar a final de mes.
A eso que mi hijo de 6 años viendo mi cara de preocupación imposible de disimular, se acerca a mi y me dice con toda la inocencia del mundo:
- Tranquilo papá, que ya vienen los Reyes Magos ...
Gisela, 4 años - Anécdotas e Historias Graciosas
El color de la piel según los niños
El otro día, íbamos en el coche camino de una fiesta de cumpleaños. Mi hijo le pregunta a su hermana:- ¿La niña que hace el cumpleaños es "negrita"? (en su clase hay varios niños de color).
Y ella respondió: - No, es de color carne.
Héctor, 3 años - Sin Tapujos
Observando a la mamá de al lado
Estábamos en una área de descanso de la autopista tomando un tentempié y mi hijo se fijó en la familia de la mesa contigua. Estuvo un buen rato observándolos y de golpe va y me dice (sin bajar la voz): -¡Mira que mamá más fea!
Tierra trágame...
Marta, 4 años - Anécdotas e Historias Graciosas
¿Alguien sabe que es boulder?
Hemos pasado unos días del último puente con unos amigos muy aficionados a la escalada y con sus niños. Un día entramos en una tienda especializada en deportes de montaña y su hija se acercó a unas piezas que había expuestas en una estantería y me dice - Mira, para boulder.
Y entonces yo pregunto - ¿Para qué???
Solo oir esto, ella hace un gesto como de sabionda (con 4 añitos que tiene) con las palmas de las manos mirando hacia arriba, así como diciendo... está claro. Y repite - ¡Boulder!
Como no tengo ni idea de este deporte, le contesto - Yo no sé lo que es eso.
Abre los ojos de par en par y me dice - ¿En serio no sabes lo que es???
Y aquí se acabó la conversación. Como que quedé yo bien en la tienda de escalada, sólo le faltaba decir un "no me lo puedo creer". Ya me ves al día siguiente buscando lo que era boulder en la wikipedia, no se me olvidará nunca.
Pau, 5 años - Sin Tapujos
Frase embarazosa en la residencia de ancianos
Tengo dos hijos, un bebé y Pau. La gracia está en que un día fuimos con Pau a visitar a la abuela a la residencia de ancianos y por un descuido del personal uno de los ancianos apareció en la sala de visitas con pañales.
Pau al percatarse de ello me dijo: -¡Mira mamá, un abuelo bebé!