Anécdotas e Historias Graciosas
Esta sección recopila aquellas anécdotas o historias graciosas de niños, niñas y bebés que hemos vivido de cerca y que quedan en nuestra memoria por lo divertido e inesperado de la situación y que por sus características no encajan en otras secciones de graciosillos.com
Sorpresa en el baño de campo
A mis padres siempre les ha gustado vivir en el campo y crecí allí.
Un día después del almuerzo salí al baño y mis padres me dejaron solo. De repente, cuando ya estaba sentado haciendo la "caquita", volteé la mirada hacia mi lado derecho y la sorpresa fue que había una serpiente que estaba cruzando por debajo de mí. Lo único que hice fue correr como loco a llamar a mi padre y él del susto corrió hacia mí pensando que me había pasado algo.
En ese entonces le conté a mi papá que había una serpiente en el baño. Mi padre agarró un palo y fue a matarla pero no pudo, se escapó.
Ese día me espanté mucho.
Flotando en el mar se estaba muy bien
Tenía la costumbre de sentarme en un flotador circular y remar de espaldas mar adentro a pesar de no saber nadar. Siempre le tocaba a mi hermano mayor nadar hasta mí para decirme que saliera, pues era hora de irnos.
En una ocasión estaba como siempre sentado en mi flotador muy alejado de la playa, cuando veo a un tipo nadando hacia mí, de repente le da por volcarme y una ola alejó unos metros de mí el flotador. El tipo siguió su curso y ahí me quedé yo, aterrorizado y tragando mucha agua.
No sé como lo conseguí, pero llegué hasta mi flotador, me puse a remar como loco y esa vez mi hermano no tuvo que ir a buscarme. Me puse a llorar a escondidas y jamás le conté a mi familia lo que me acababa de pasar.
Tardé unos días en volver a meterme en el mar, pero cuando por fin me decidí, ¡ya sabía nadar!
Alegría con las zapatillas y el gato
Cuando llegó la Navidad me regalaron unas zapatillas muy lindas de color rosa y fue tan grande mi alegría que tan solo la pasaba con mis zapatillas.
Al cumplir 6 años de edad ya no me quedaban mis zapatillas, tuve que dejarlas y lloré mucho con ellas. Mis tías se rieron de mí al verme así.
Pero en fin, dejé de sufrir porque me regalaron un lindo gato al que llamé “Calzado” por mis zapatillas.
Confundido al ver doble a su padre
Cuando apenas tenía 2 años, estaba sentado en el jardín de mi casa y de repente se acercó mi padre. ¡Le abracé con tantas ganas!
Pero de repente apareció por segunda vez mi padre, no sabía lo que estaba pasando y ante eso me puse a llorar.
Pero al final, resulta que era el gemelo de mi padre.
Menudo susto con el perro
Les contaré algo muy gracioso: una tarde estábamos divirtiéndonos en el parque con mi amigo Alexander, cuando de pronto Alex pateó la pelota con tal fuerza que terminó atrapada. Entonces trepó al árbol para bajar la pelota.
Mientras tanto vi con temor como un perro se me acercaba e inmediatamente empecé a gritar con tanta fuerza que hasta el mismo animal se asustó y huyó despavorido. Fue divertido.
Poner la lavadora a los 2 años
Le encantaba ayudar a poner la lavadora, pero nunca llegamos a imaginar que se fijara tanto en todos los pasos, hasta el día que le dije: - Venga ya está, ya dejamos a la lavadora que trabaje. Y él todo preocupado me gritó: - No mamá, espera, que falta el caramelo.
Y es que se me había olvidado la pastilla anti-cal.